lunes, 16 de noviembre de 2009



A LA CUENTA DE NUEVE. Tenemos en este libro una reunión de temáticas mostrándonos algo de eso de lo que estamos hechos; eso que nos forma y da forma a este afán por comunicarnos para para resguardar lo que nos identifica y desguanzar a lo que nos tunde. cada quien, como crianza social que somos, buscamos las herramientas para manifestarnos esa incomodidad o la allegaría de un logro; aquí, en este libro, las herramientas son el lenguaje de dos disciplinas artísticas: literatura y grabado.
hay que ponernos a extraer, leyendo, ese algo que incomoda y nos exalta, que resguarda y alegra, en estos nueve relatos . Están escritos de varios modos (Conciso, amplio, somero, minucioso, tranquilo, mesurado, vivaz) por nueve autores que nos dan cuenta de la búsqueda por un mejor lugar para convivir a partir del encuentro nocturno de dos estancados, del erotismo auroral de una mujer, del nacimiento y la continuidad de una obsesión, de una cotidianeidad que se cobija bajo las ramas de un árbol, del astió y la desilusión de haber vivido, de momentos solidarios cruzados por sensaciones de impotencia, de una paranoia que se desliza a través de sitios amables o sórdido matizados de violencia y de un sueño frenético en un mundo de ocios pueriles.
Nuestros modos de leer son diversos, las formas de explicar leído son amplios. La conjunción de un asunto con la manera de mostrarlo -acto que con palabras ha hecho cada autor escritor- que ofrece su aporte para, ante los lectores totales del libro, presentar un objeto nutriente de alternativas, de posibilidades creativas, de transposición de limites en cuanto a recepción y aplicación.
Cada uno de los diez autores gráficos ha hecho uso de sus recursos de su lenguaje par componer y trabajar en esa técnica del grabado de superficie. Recursos que se entreveran con la que los relatos les han sugerido o deteminado y que han puesto a interactuar sensiblemente para hacer fluir un modo de sintetizar el contenido. Así, nos presentan diferentes aspectos del relato que han leído: un objeto que lo simboliza, un momento determinante, la acción que late desde la primera linea, una sugerencia, una alegría o una metáfora desde la captación de lo esencial del cuento o de los elementos principales o del final; o la imagen de la portada, que es una manifestación festiva por la reunión que se ha realizado.
Es un buen ofrecimiento este libro al reunir la expresión literaria con la gráfica, al pedirle al expresador gráfico-plástico-visual una imagen: una transformación de signos del idioma en signos de artes plásticas. Porque se amplifica la emoción de la escritura al compartirla así.
Festejemos el libro por esta conjunción, literaria y gráfica, que también nos da oportunidad de conocer a quienes van aportando su mirada para coincidir en la temática única: la ausencia cuya presencia nos hace buscar alivios con estas expresiones.
Rafael Mesina Polanco.
Verano 2009.

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Palabras que se escapan.