domingo, 24 de abril de 2011

LA RADIO EN EL PECHO

Son de verdad grandes sentimientos encontrados al iniciar este comentario, primero remitirme a la música en algo tan íntimo como la poesía, recordar estas canciones, enfrentarme a lo que me hicieron sentir, lo que provocaron en mí y he arrastrado por largo tiempo, para ahora confrontarlo con la voz de un joven poeta que a través de sus palabras encuentro los mismos temas que nos conmueven a todos y son de igual manera diferentes, por la personalidad, la circunstancia, la temporalidad.


Esta es la impresión que ha dejado la lectura que el día de hoy presenta Eduardo de Gortari, quien a partir de sus poemas me lleva a la reflexión tardía de ¿cuál es la función del poeta? ¿qué lo mueve a escribir? ¿cuáles son sus principios?


En este libro, Eduardo nos presenta una selección musical muy especial, con el Intro a partir de Arcade Fire y su No Cars Go, enseguida cuatro bloques y finaliza con un Hidden Track. Las variaciones oscilan desde un Radiohead –con una sección completa- hasta grupos tan simbólicos dentro de la cultura del rock: Coldplay, Deftones, Pixies, Blur, Kashmir, Placebo, The Beatles, Kings of Lion, y varios más; resalta la voz enigmática de Portishead y la controversial gran lengua de las Piedras rodantes, mejor conocidos como Rolling Stone.


En la primera sección dedicada completamente al grupo Radiohead, a partir de un disco tan complejo como Ok Computer, late en sencillos versos. Viajamos a partir del descubrimiento del mundo, la negación y la angustia de estar vivos. Y en el Lado A de Lucky nos dice:

Explícame con tus ojos de tormenta
la perfección de las cosas
no tengo tiempo para morir
pero si me matas una sola noche
puedes abrir mi pecho
y llevarte lo que puedas
no hay problema en serio
nada de lo que esté allí adentro
sirve en este mundo.


Los primeros sencillos del segundo bloque de poemas (Singles 1) con sus voces tan diversas, resaltan las palabras:



De esa noche no tengo otra imagen
sólo las mantarrayas que bajaron hasta sus ojos/acuario
la hora turbia en que la gravedad nos ató el uno al otro
como las dos partes de un barco que se hunde.
(The Rip)


En el tercer bloque de títulos de canciones nos preguntamos, ¿quién no tiene una canción que te recuerde a una chica? –o a un chico, según sea el caso-. Cuando se tiene demasiado amor como Las canciones para Nayeli, discutimos si nuestras acciones rayan en la cursilería o el amor puro. Tras los sonidos de Digital Love escuchamos:


Bailamos con las luces apagadas cuando la radio
y la llovizna de toda la noche tocan los mismos acordes
cuando al desnudarte puedo desnudar también
una parte de tus propios acordes
//y al tomarte por la cintura
percibo nuestro lugar en la rotación del mundo//



Ya en la segunda sección de sencillos (Singles 2) surge el recuerdo de César Vallejo, el gran poeta peruano, vemos dibujada las calles de la ciudad de México con llantas de automóvil, nos despedimos siempre de lo que ya vivimos:


Me abandonó muy pronto
Lo suficiente para que yo saliera con otra chica a la
semana siguiente
Por eso me sorprende que un día me llega esta
canción y me da por pensar en ella
como el gol que no metí en un partido que no gané
Es decir en cierto modo la extraño


O del 1979 de los Smashing Pumpkins:

Regreso a mi antigua colonia y lo primero que hago
es ir a sentarme enfrente del minisúper
compro una coca y prendo un cigarro
y en esa banqueta se juntan los años que estuve aquí.



En esta selección musical hay un poema escondido en los acordes del grupo Muse después de su concierto el 12 de abril de 2007 en el Palacio de los Deportes. Del cual espero Eduardo nos lea completo.



Para terminar debo decir, que aún resuenan las notas de rock en mis oídos, los versos de Eduardo develan historias personales antiguas que creí perdidas, gracias por las palabras y la música que llevas dentro.


Sergio Arnoldo Contreras Valdovinos

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Palabras que se escapan.