jueves, 13 de marzo de 2014

Un libro de poemas: La memoria y su constancia.

Oscar Robles.

Un libro de poemas es como un oasis en el desierto, por más trillada que esté la frase. Si mi memoria no me falla, estamos frente a uno de los primeros poetas plenamente oriundo de este mar y este puerto.

            Estamos ante un texto histórico. Ante un hecho con muy pocos precedentes y miles de esperanzas. Es una bendición, un milagro. Este libro, esta memoria retenida en páginas navegará y se hundirá en el centro del puerto. Feliz acontecimiento. Feliz decisión por editarlo. Un libro cuidado, revisado y validado por los indicados. Un libro para su gente. El autor ha sido un luchador desde su trinchera; despojado de prejuicios, ha ido puliendo su pluma hasta romper el silencio con versos apacibles sutiles y sonoros. La cotidianidad, el susurro marino, las horas frente a taller, frente a la vida, han rendido fruto seguro.

            Este libro es un fiel testimonio del creciente auge poético en Manzanillo. Qué bueno que sea un manzanillense quien inicia, salvo posibles omisiones, la lista de textos literarios locales.

            Escapistas A.C. ha sido una plataforma definitiva. No solamente motor del acontecimiento poético más maduro en Colima; sino como un escaparate que rema contra la dinámica del olvido, que nada contra el flujo de la inmediatez y la hostilidad.

            Los temas del poeta son el olvido, el amor, el mar, los recuerdos. Los tópicos más puros y apremiantes. Entrar en la poesía de Félix Martínez es recuperar el sortilegio del tiempo; recordar el sonido del mar, de la nada. Símbolos e imágenes se dibujan en la mente. Con talante seguro y sereno, este libro se ha forjado. “El jardín vive sus instantes”. El poeta ha seguido los consejos del taller y ha decidido comenzar con un libro sin pretensiones, sin nerviosismo. La palabra, la conjugación, la colección y la maquinaria gramatical poseen un dominio que se rinde frente a los referentes más sencillos y ricos en significado: la noche, el río, la mujer, su perfume.

            Hay que sentarse frente al mar, con un café preferentemente cargado, algún tabaco profundo y entrar en el alma de un hombre bañado por el sentimiento. Venga a buena hora leer la poesía de Manzanillo. Auténtica. Vengan a entrar al mar a través de este libro. Cuando hayan entrado, leerán lo siguiente:

                        “Del mar, el espejo donde el horizonte apaga el sol…”
                                                                                                          -Félix Martínez



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Palabras que se escapan.