jueves, 11 de febrero de 2010

Alguien pretende robar la identidad de la familia.




Hoy fui interrumpida en una llamada telefónica, muy importante con el pretexto de recibir un pedido de cuatro artículos , "decorativos" para el hogar. Salí furiosa a la sala con el reclamo de por què alteran mi privacidad. Los pobres dependientes de Copel, quienes traìan un refrigerador, una estufa, una campana para cocina y un sillòn reclinable, debieron pensar " pinche vieja armargada". Tal vez lo sea como cualquier costeña harta que ivaden su casa no solo los copelianos sino un par de albañiles que reconstruyen la cocina desde hace siete días.

Reclamè a Lupita, el mal rato.Ella como toda Cardenitas no parò de hablar diciendo " es tu obligación"..

Desquité mi coraje con la instrucciòn al copeliano, "quita el plàstico del refrigerador, pues a veces los accesorios no vienen completos".Èl sacò su navaja con trucos de ilusionista,cortó por las orillas el envase, y mostró el interior. Hizo lo mismo con los tres artículos.Los revisé. Firmè de conformidad. Se marchó con unas palabras que le di en tono suave" gracias que le vaya bien".


Mi mala actitud seguìa con la letanìa hacia Lupita" por què interrumpen si solo tardè cinco minutos en la llamada", pues tenìa la certeza que el cronometro del nextel era confiable.

En realidad no estaba molesta por eso, más bien porque alguien pretende robar la identidad de la familia.

Sì, veo inútil el hecho de comprar nuevos accesorios decorativos de casa si se tiene en el hogar un refrigerador de dos puertas que congela sin escarcha. Me lo saqué en unra rifa hace màs de cinco años en un trabajo anterior. La estufa , luego de tener màs de siete años aùn sirve, sin importar que la hermana que tiene una fonda la trabajò por cuatro años y luego la botò al comprarse sus parrillas de aluminio.Si bien no tenemos campana y sillòn reclinable, no se necesitan pues se ve televisiòn en la cama o en los sofàs.


No sé cuàl es el afàn de deshacerse de cosas que aùn sirven solo por el hecho de decir" puedo adquirirlos y se veràn bonitos en la nueva cocina" .

Insisto,alguien quiere robar la identidad de la familia. Como si el dinero, las comodidades y las imagenes reinaran en nuestro mundo. Lo peor es que mis padres no estàn nada inconformes.

Ojalà, el ladrón no escale tan alto porque seguro se romperà los huesos.

Espero, no perder mi identidad con tales asaltos.


Elsaí

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