Terrible domingo y digo
que duermo poco
largos son los días y las noches así
donde se espera un funeral
al abrigo de la puerta
cuando se levanta el polvo
de la miseria
no hay terrible domingo
en Louisiana
en Bagdao o Etiopía
sólo en noticieros
con voces muy serias
y oídos eufóricos
no existe un terrible domingo
en lagos contaminados
o victorias futboleras
parecen dramas familiares
o restos hipócritas
tal si fueran tartas de manzana
al final de la cena
desprendo el calendario
encerrando las fechas
de un terrible domingo
en las afueras de mi pecho
tan fácil como desprender
el alfiler de una mariposa
tan fácil como hablar
lo que no se dice a los amigos
tan complicado como hilvanar
a mitad del cielo
tan destructivo como esperar
un telefonema.
Sergio Arnoldo Contreras
libro "Manual para escapistas"
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Palabras que se escapan.